jueves, 9 de diciembre de 2010

A modo de introduccíon...

Hola! Soy julián, integrante del colectivo de recreación que trabaja en el merendero Los Pibes del Ombú, desde hace más o menos un año, y me gustaría introducirte a nuestro proyecto. Empecé a colaborar a través de un amigo del Nacional que participaba y terminé convirtiéndome en miembro permanente. Es un trabajo duro -sobre todo al principio- el de ir sábado a sábado a constitución, tomarse el tren hacia Korn y caminar desde la estación Longchamps hasta literalmente donde termina el asfalto. Uno termina cansadísimo luego de las horas que pasamos jugando con los chicos ahí y teniendo que volver conciente del largo recorrido que le espera. Pero conforme pasaban las semanas yo iba sintiendo cada vez más la costumbre de alejarme de la ciudad para ir a ese entorno tan rural a jugar con los chicos, que todos los sábados me sorpredían con sus costumbres tan lejanas a las mías. En algún punto, no era simplemente como recreador que yo iba allá, sino también a recrearme. Para alguien como yo que vive en la ciudad de toda la vida y tiene relacionado el gran buenos aires con una continuación más suburbana de la capital, es sorprendente encontrarse todas las semanas trabajando en un lugar donde por ahí llegás al merendero y justo pasa un chico con una gallina en las manos, o ves un ternerito que sale corriendo asustado cuando entrás a la parcela.
Y el horizonte... Allí, a metros del merendero, se extiende el campo. Es como si la chozita marcara el límite de la urbanización. En ese pastizal tan vasto que se abre a la vista, un ombú domina las inmediaciones. Alto, solitario, recorta su figura imponente contra el cielo. Los chicos solían ir y treparse hasta sus copas -no solamente por diversión; diablillos, también encontraban allí un puesto privilegiado para cazar pajaritos con sus gomeras. Hablo en pasado, porque no hace mucho una familia edificó junto al ombú. Hoy en día es un poco más entrometido el ir a jugar allí.
Pero en el merendero las historias no se agotan. Los chicos siempre encuentran otros árboles para treparse, aunque quizás no sean tan altos o tan ramificados (o tan estratégicos...). También nosotros, debatiendo sobre la relación que ellos crean con el vasto espacio que los rodea, pensamos alguna vez en llevarlos un sábado a hacer una actividad a un lugar especial, entendiendo por especial cualquier lugar que no sea el predio del merendero. Así, en los últimos dos meses fuimos dos veces a una cancha de fútbol -que de cancha conserva sólo los arcos, porque por la altura de sus pastos mucho no se puede hacer allí- a hacer actividades con colchonetas y aros. Es interesante ver cómo varía el uso que los chicos hacen de esos elementos que nosotros les brindamos en el merendero y en un lugar que designamos para que allí se usen. Si estamos en el lugar de siempre, los aros y las colchonetas son unos juguetes más. Si vamos a la cancha específicamente para usar esos elementos, se crea un aire distinto.
Justamente para que las historias no se agoten, una de nuestras grandes luchas es expandir lo máximo posible la diversidad cultural de nuestras actividades. Nuestro grupo es reducido (atención, que me refiero a nosotros, los así llamados recreadores, y no a los chicos; ellos son una tropa pluriforme) y como la mayoría estudia y/o trabaja, no disponemos de mucho tiempo para juntarnos a planificar actividades. Fue por eso que decidimos armar un ciclo de actividades permanentes que se repitan mes a mes, obviamente con una propuesta distinta. Lo hicimos basados en que un mes tiene 4 sábados:

Sábado

1

2

3

4

Actividad

Pasamos una peli, una vez para chicos, otra para chicas.

Hacemos alguna manualidad, desde pintar hasta armar barriletes.

Nos reunimos con los papás. Este sábado tratamos de planear algo cortito para hacer con los chicos.

Hacemos actividad física, y llevamos tortas para cantarle feliz cumpleaños a los chicos que cumplieron en el mes

Bueno, acá lamentablemente es cuando tengo que empezar a narrar el aspecto más complicado de nuestra actividad. Llevar adelante este ciclo es muy difícil. No hace muchos meses que lo hacemos, pero creo que nunca lo completamos. Y eso, antes que por interrupciones climáticas (cualquier recreador se lo imaginará, pero en días de lluvia no es muy factible ir al merendero) o por variación en la cantidad de sábados del mes, se debe a un serio déficit comunicacional que mantenemos con la esfera adulta del barrio.
Es común que el grupo que hace una actividad militante en barrios carenciados, si no participa de un partido político o asamblea u otra entidad del estilo, tenga un referente puntual con el cual organiza proyectos y se relaciona mayoritariamente. En nuestro caso es un matrimonio que vive durante la semana en capital pero tiene una casa a pocas cuadras del merendero. Paulo trabaja en el Ministerio de Trabajo, y fue por él que el proyecto de hacer recreación en el barrio llegó a la comisión de acción social del Nacional. Nidia es quizás quien más se relaciona con los vecinos, y suele ir a cocinar la merienda. Esa actividad, justamente, debería ser rotativa. Lo es, si, pero cada semana menos. Un vecino se hace cargo de las meriendas de la semana. Nidia, y a veces otra señor que se llama Ana Rosa, los sábados. Algunas veces nosotros mismo la hacemos, pero eso nos complica para llevar a cabo el plan del día, pues como dije más arriba, no somos muchos, y los chicos sí.
De cualquier manera, aunque fuésemos más o los niños menos, lo que origina el problema es una distancia con los vecinos. De poder, igual no sería correcto que preparásemos la merienda nosotros. Porque más allá de nuestro desempeño como recreadores para con los chicos, hemos aceptado ya hace tiempo la necesidad de construir unidad política en el barrio. Es un vecindario joven, donde el progreso es evidente para quien observa su historia, pero nosotros desde nuestra posición encontramos muy dificultoso el establecer un vínculo efectivo con los vecinos que nos permita avanzar. Obviamente, en términos políticos no hay mucho más para hacer si no podemos comunicarnos con ellos. Hay padres de chicos que vienen hace años y no nos conocen. Y hay otros –situación mucho más desesperante a mi parecer –que por ahí tienen una actitud reacia hacia nosotros, o quizás (tengo que hacerme cargo de la palabra que voy a usar), demandante. Algunos no comparten el trato que tenemos con los niños o las políticas que usamos para controlarlos si se portan mal. Otros nos creen responsables de todo lo que hagan durante nuestro horario de trabajo. Nos ha pasado de estar en la puerta del merendero, y que pase una señora reprochándonos (así, al pasar; sin siquiera detenerse) el no estar controlando a los chicos que están atrás jugando con piedras.

Más allá de que claramente nuestro desempeño como recreadores no es óptimo, pues ninguno de nosotros se dedica a la docencia ni tiene formación pedagógica, el problema acá es que no hay un espacio donde estas críticas se puedan poner sobre la mesa. La distancia verdadera que nos separa de esos vecinos no es ideológica, sino identitaria. Si por opiniones o políticas fuese, podríamos consensuar o enriquecernos mutuamente; la falla se da por no disponer de un espacio donde la gente se sienta cómoda de venir a discutirlo.

Y así está, nuestra eterna lucha. Es como un tablero de ajedrez circular con nuestro color en el medio. Hay que planear juegos, realizarlos con energía, prestar atención a la multiplicidad de eventos que suceden mientras estamos ahí para estimular el debate, tratar de generar un vínculo con los padres y vecinos, y como si todo eso fuera poco, buscar gente para enriquecer nuestro grupo.

Bueno, quería darle la bienvenida al lector del blog con una aproximación a nuestro pequeño universo; espero haberlo hecho bien =). En los próximos días seguramente trate de subir unas narraciones de actividades que hicimos en el tren de vuelta.

Dejo por último el contacto de los integrantes de la actividad:

Julián: backside_91@hotmail.com 1568995764

Greta: gretawinckler@gmail.com 1550358017

Mariano: elwood_blues_119@hotmail.com 1555230079

Danila: danila_borro@hotmail.com 1544402053

Mariana: negritarj89@hotmail.com 1549894591

jonathan: jonathan131190@hotmail.com

1 comentario:

  1. uh están nuestros celulares en internet!!!!

    que pasará ahroa en mi vida!

    espero q llame alguien importante

    Bueno yo siempre diciendo bobadas,

    Muy feliz de abrir este espacio para que nuestra actividad tenga otra foram de expresarse!
    Un gran abrazo

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