viernes, 20 de octubre de 2017

La sangre derramada no se negocia.

Hoy fui al cine con intención de ver Zama pero al final me decidí por "Sinfonia para Ana" de Ernesto Ardito y Virna Molina.
Más allá de las críticas que se le puedan hacer a la pelicula por como está filmada o los recursos que use, quiero contar algo que pasó en el testimonio final de Isa, una militante de la UES del Nacional que fue amiga de Ana y jamás pudo reencontrarse con ella dado que fue a vivir en el Exilio y Ana fue detenida desaparecida en condición de estudiante durante la última dictadura cívico militar eclesiástica. Lloramos todos, todo. Toda la sala rompió en llanto. Por minutos tuvimos el pecho acongojado, el grito ahogado de "nos no han vencido, Ana".
Después del final, sí vinieron las palabras de algunos q intentamos animar a los más viejos, a aquellos compañeros de Ana que estaban presentes o que formaron parte de su generación.
Jamás sentí como esta noche el orgullo de ser joven, de estar comprometido con una causa que uno considera justa y luchar por ella. Aún con todas las contradicciones que uno cargue encima y que no son fáciles ni de desnaturalizar ni de deconstruir. Errores lamentablemente cometemos miles. No es una justificación. Es mucho más dificil el camino del que cuestiona el orden establecido del que lo abraza.
Es tan clara la línea que separa a los que estamos del lado de la vida y los que no, que creo que todos fuimos esta noche porque sentíamos el contexto de opresión que estamos viviendo. La desaparición forzada de Santiago Maldonado por Gendarmería Nacional lamentablemente nos lleva a revivir los viejos fantasmas de la Represión. La aplicación de la reforma educativa a los colegios secundarios en CABA por el gobierno de Larreta y la respuesta inmediata de los jóvenes movilizados activamente en sus centros de estudiantes revive en cambio la fuerza de la generación del 70.
Fuera del momento de catarsis vivido, algo que amé durante toda la película es la profunda sororidad entre Ana e Isa.
Para los que fuimos al Colegio, claramente tiene un gusto distinto porque revivimos los pasillos, las lecturas, las risas, las llegadas tarde, las tomas, los debates apasionados, miles de momentos... 

No podía no agregar una entrada sobre esta pelicula en nuestro blog, dado que nuestra actividad militante comienza por haber formado parte del centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires y la reflexión inevitable de qué nos hubiera pasado en los 70s y qué es lo que permite que hoy en cambio sí podamos militar en el barrio, no con fusiles, sino con arte, ciencia, literatura, palabras, colores, emociones, libros, deportes. Lo político una vez más como el acto de transformar el orden social y subvertirlo por uno más igualitario, más rico, más denso, más justo.
Aún tengo mil sensaciones dando vueltas que no sé como escribirlas, así que sólo me resta decir que vayan a verla...