miércoles, 1 de marzo de 2017

La única verdad

Es la realidad. Es la realidad, estúpido. Es la realidad, Mauricio Macri. Hoy fue el inicio de las sesiones ordinarias del congreso. Como todos los 1° de marzo, se espera el discurso del presidente. Con Cristina, se revitalizó ese evento. Ya no era una fecha más, ya no era sólo burocracia. La íbamos a escuchar. Íbamos a una demostración de oratoria y además íbamos para ver cuáles eran los anuncios de un proyecto nacional y soberano. No sólo queríamos un balance (que tenía datos concretos) sino la novedad, la acción futura, que en ese momento se volvía presente. Era una palabra-acto. Con Macri volvimos a una plaza vacía, o llena de policías y del ejército (!), o llena de manifestantes que luchan por un salario digno y por que se cumpla la paritaria nacional, ley desde 2008. El ejercicio militante del congreso de Macri difiere en casi todo del que veíamos con los gobiernos kirchneristas. Sólo algo en común tienen: son actos eminentemente políticos. 
El presidente es un orador pobre, que no escribe lo que lee y que apenas lee lo que está escrito. Pero además, y esto es más grave, ni siquiera es un hacedor: es un destructor. Llegó para cambiar. Llegó para retrotraernos a un pasado al que no queríamos volver nunca más. Porque hay muchos votantes de Cambiemos que tampoco quieren volver a los 90. Ni lo querían cuando votaron. Pero los sedujo un slogan, una campaña que no es más que una promesa (ahora incumplida), una estética y un discurso que en la Ciudad de Buenos Aires ya tiene casi 10 años: la no política. Hay un miedo a esa "grieta", y nos quieren hacer creer que debatir por política e ideología es "malo". No pelees, no discutas, no resistas. Sólo que no te lo dicen del todo así. No te dan la orden por la negativa. Te dicen que hay que unirnos como argentinos (y eso ni siquiera es original, porque ya lo decía Perón) , te piden que seas paciente, que colabores (aunque eso signifique que Macri se vaya de vacaciones mil veces y vos no puedas ni prender el aire acondicionado porque el tarifazo te corta las piernas, ni te puedas ir de vacaciones porque la nafta está imapagable y ya ni cuotas sin interés tenés). El electorado, el pueblo tiene que hacerlo todo: aguantar, esperar, ahorrar, trabajar por menos dinero y más tiempo, pagar más servicios aunque le sigan cortando el suministro, compras más remedios y más caros, recibir un menor aumento en la jubilación, gastar el triple para comprar pan y los útiles del pibe para la escuela (los que consiguieron la vacante en la escuela pública en la Capital). Y muchos "etcétera". ¿Qué le toca hacer entonces al funcionariado? ¿Cuál es su sacrificio? ¿Qué podemos pedirle a cambio de tanto? Ni siquiera las promesas de campaña han cumplido. Nos inventan semestres en un calendario eterno, aunque su mandato sea sólo de 4 años. Ni siquiera pedirle que se ponga en los zapatos del asfixiado podemos, porque Mauricio Macri es un hombre rico, que jamás supo entender al hombre de a pie, que creyó que porque era presidente de Boca Juniors podía estar un poco más cerca de la mitad más uno. Es un hombre que fue a un colegio caro, en una zona bacana, que tiene amigos que poseen lagos en la Patagonia y una cuenta con ocho números depositados en Panamá. Es un hombre que no roba chirolas ni evade un boleto de tren o un peaje que vos a veces intentas manguear. No hay nada en común entre él y nosotros. Y nos viene a decir cómo vivimos. Que estamos en un país en marcha y que vos y yo nos damos cuenta. Pero vos y yo vemos que nos cuesta pagar el pan, la cuenta del supermercado, que nos pagan menos, que tenemos menos trabajo y que nuestros amigos están igual. Vos y yo escuchamos a la gente que la está pasando peor, que ya no se va de vacaciones, o que corta alguna salida cultural y de relajamiento porque no tiene guita en el día a día. ¿Será que el presidente ve algo que nosotros, siendo tan tontos y llanos, no vemos? ¿O será que está mintiendo? 
Mauricio Macri nos dice que es hora de más verdad y menos relato. ¿Qué se supone que quiere decir eso? ¿Qué gobierno no tiene relato? Por otro lado, vemos que cada día cierra una fábrica nueva, dejando cientos de familias en la calle.  Pero el presidente nos dice que estamos mejor. Entonces me pregunto si el de él es el relato y la verdad es la nuestra (y  por lo tanto todo su discurso es una hipocresía) o si lo único que vimos hoy en el Congreso es un relato más, tan ideológico como el de cualquier fuerza política pero más mentiroso que todos los demás. El macrismo tiene relato y tiene visualidad pero además tiene mentiras. Si el tipo rico que le perdonó 70 mil millones a su familia te dice que estás bien y vos estás mal, ¿no te parece que el presidente también tiene "un relato"? Es la realidad, Mauricio Macri. Es la realidad, estúpido. Y es la única verdad.