jueves, 30 de agosto de 2018

“Si no hacés política te la hace otro”


Hace 10 años estudiantes del Centro de Estudiantes del CNBA iniciamos éste proyecto colectivo de educación popular en el barrio Villa Amancay de Glew.
Pasaron 10 años y seguimos convencidos de que el acceso gratuito y universal a una educación laica y de calidad es la mayor herramienta de ascenso social. Militamos con la convicción de que es un derecho y no un privilegio. Militamos para que les pibes del barrio también sean conscientes de sus derechos como sujetos políticos. Militamos para que alcanzar la educación superior no sea un sueño, sino una elección de ellos y de ellas, una realidad.
La alianza CAMBIEMOS no sólo es responsable del recorte presupuestario a las 57 universidades nacionales, sino también de las muertes de Sandra y Rubén, docente y no docente de la Escuela 49 de Moreno. Toda la comunidad educativa de la provincia de Buenos Aires se encuentra en pie de lucha frente al AJUSTE de la educación pública que lleva adelante la gobernadora provincial Vidal. También nos encontramos jaqueados por la desregulación de la economía nacional y la transferencia directa de recursos de las clases más desfavorecidas a las más pudientes con la quita de retenciones al agro y tarifazos a los servicios entre otras medidas, sumadas a una inflación acumulada del 120% en casi tres años y que parece no tener techo como la apreciación del dólar frente al peso. Para nosotros y nosotras que vivimos nuestra niñez en el 2001 gobernada por el FMI, vemos el futuro repetir el pasado. Vemos con mucho dolor, tristeza y bronca cómo le quitan a les pibes su Qunita, su FINES, su PakaPaka, su Conectar Igualdad...
Han transitado muchos compañeros y compañeras por éste espacio de lucha. Seguiremos ocupándolo con la misma fuerza y amor de siempre y es por eso que hoy salimos a las calles nuevamente en defensa de la educación pública.
#DefendamosLaEducaciónPública
#ApoyemosLaLuchaDocente

jueves, 2 de agosto de 2018

De tristezas y rabias

Luto por la educación. La educación pública, la educación conurbana, la educación vaciada. Hoy fallecieron dos trabajadores de la educación, un auxiliar y una vicedirectora de una escuela de Moreno, en la Provincia de Buenos Aires. Tienen su biografía, el amor de sus compañeros y compañeras, de los alumnos y las alumnas. Tienen sus familias en duelo. Pero podrían haber sido de otra escuela, de similar historia signada por la indiferencia de un gobierno que desde que asumió arremetió contra los docentes a los que demonizó acusando de "mafiosos". El docente parece que no puede tener reclamos sindicales. La docente no puede tener un pensamiento político, menos aún compartirlo en el aula. La escuela en este gobierno es gasto pero además debe ser apolítica. Misión imposible. En este día en que fallecieron dos personas por las condiciones deplorables (y denunciadas) de una escuela -que podría haber sido la escuela a donde van Los Pibes del Ombú- nosotros tenemos que decir algo. Dentro de esta pena y esta rabia que se canaliza en las protestas de una sociedad que no está del todo apaleada, ni anestesiada, ni dormida. Un luto, un llanto, que deviene armas, diría un filósofo francés. 



Leo la carta de un compañero de Sandra, la vicedirectora del colegio. Lagrimeo. Mientras la leo, escucho a Eduardo López en la televisión, embrollado porque lo que pasó pesa: se siente en el cuerpo, pesa en la nuca, nos congestiona. Lo escucho hablando de las Sandras, de los reclamos, de las protestas, de la desidia. Le preguntan por la meritocracia, leitmotiv de este gobierno de empresarios y familias terratenientes. Los y las que trabajamos en infancia sabemos que no hay una mentira mayor que la del discurso meritocrático. Eduardo intenta poner ejemplo, me hace pensar en los maestros de escuela primaria. Me hace pensar en las marcas que deja esta profesión en el cuerpo, en los gestos, en el hablarle a un otro (clase, audiencia, periodista). Marcas que hasta son fatales. ¿Qué marcas tiene en el cuerpo María Eugenia Vidal? ¿Las de la maternidad que resaltan los medios, en la voz de Mariana Fabbiani? ¿Las de la fiera que ruge "que digan si son kirchneristas" a los maestros y las maestras? ¿Qué marcas? Seguro que no las de abrir la garrafa de gas, seguro que no la de volar 70 metros al hacerlo. Y no volver. Las palabras del jefe de gabinete como eco: háganse cargo. Lo que pasó hoy es una tragedia y toca fibras personales que hacen que este escrito tenga mucho de primera persona y de intempestivo. Hoy aún hay lágrimas. Ese duelo y ese dolor deberán organizarse. Una tristeza compartida que devenga rabia que salve vidas, como dice un cantautor español. Mientras tanto el merendero abraza a esas familias apenadas y menguantes, denuncia con la misma fuerza a este gobierno criminal que tenemos en tantos niveles de poder y espera no encontrarse mañana con discursos que demonicen a los trabajadores y las trabjadoras de la educación, que tampoco son héroes. O no deberían serlo. Y sin embargo, algunas veces, se le parecen.


jueves, 28 de junio de 2018

Niños y niñas

Las dimensiones de lo heroico. ¿Quién es el héroe?¿Quién se vuelve uno?

Hay dos niños. Y en ambos casos una intervención del Estado sobre sus cuerpos. En el primero, entronizando esa figura pequeña pero poderosa, que atraviesa toda adversidad y por su temple y su insistencia consigue lo que quiere. En clima mundialista, hasta se lee en esa clave. 


Image result for cuadro niño y niña con perro libre louvreEl niño va. Y esta solo, porque parece que fue su decisión "salir adelante", decir "sí se puede". El héroe sin capa, como el funcionario sin corbata, visibiliza esa fuerza (¿espiritual?) del niño invisibilizando en paralelo que esas condiciones no deberían siquiera darse: el niño no tendría que ir a la escuela solo, atravesando obstáculos, llegando cansado, con la ropa gastada, expuesto. En definitiva, invisibilizando el mundo adulto que adora esa fotografía y alimenta el discurso meritocrático. La eterna fórmula del niño en su entorno natural es ahora un símbolo de bravura: se invierte la armonía -Axel es un pequeño guerrero. Hay dos cosas graves: la situación posible que se nos permite invocar al mirar la fotografía; y que el posteo sea del Ministerio de Educación.
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Cuando esa estructura adulta no se hace presente para garantizar ciertas condiciones (aunque sí para "retratarlas"), emerge esa figura del niño soldado, el niño guerrero, que puede afrentar, cual héroe sin capa, cualquier "aventura". El niño sin familia, sin adultos, en esa inmensidad. Ahí todos se vuelven Batman o Messi o ese héroe sin atributos definidos que no sean "la grandeza" de ser pequeño y enfrentarse al Goliat climático, social, político.  
Pero hay otro niño, que tampoco estaba acompañado por adultos (había salido de su hogar a hurtadillas para ver correr autos). Había otro niño que estaba con un adolescente en ese tiempo tan ajeno siempre a la niñez que es la noche y en la calle, en una plaza, en un espacio público. Axel era el héroe, Facundo fue el villano.

El Estado aquí intervino directamente sobre el cuerpo de Facundo, quitándole la vida, y reconociendo luego la labor policial. El héroe en estos casos es el policía adulto, esa cara del estado que atraviesa a mansalva a los chicos que son como todos aquellos que sábado a sábado pisan y habitan nuestro merendero. El Estado intervino dos veces en esta gestión de muerte, inventándole vidas a Facundo, borrando su historia, impidiendo su presencia. Aquí no hubo héroe. 
 
Estos dos niños evocan en el medio a un personaje infantil de la TV estatal que aún sobrevive en los canales de aire vaciados por el actual gobierno. 
 
 


Zamba, el niño de Formosa que se mete de lleno en un relato de la historia nacional con su guardapolvo blanco, queda a medio camino. Hoy golpeado por la gestión actual, demerecido en su trama pero también en su referencia: es un destrato a esos chicos argentinos que se identifican atravesando la pantalla con él. Atacar la TV Pública, la educación y la salud así como demonizar a los estudiantes movilizados políticamente es parte de una estrategia que nos permite enteder el heroismo de Axel y la criminalidad de Facundo; la foto de Axel en el portal del Ministerio y el rastro de sangre del cuerpo sin vida de Facundo en el asfalto, reportada por medios masivos de comunicación.  

El niño héroe, el niño descartable. Y en el medio, el vaciamiento estatal que vuelve posible y cotidiano que un niño tenga una vida precarizada y tenga que pasar penurias para llegar a la escuela que le queda lejos; y que también vuelve posible y aceptado que un niño de 11 años pueda ser baleado por la espalda por las fuerzas de seguridad. Cuando cae el mundo adulto-institucional, emergen estas apariciones. Y, como contra cara, el merendero como espacio que trabaja pensando las niñeces y trabaja con niños y niñas, también. 




Ante las formas de la política represiva y vaciadora, las formas de la merienda compartida, la lectura practicada, los juegos sentidos y los hábitos repensados. Acá tampoco hay héroes. Hay niños y niñas comiendo, tomando la leche, jugando, en un espacio de amor y compromiso. No hay héroes pero tampoco villanos. Hay niños y niñas.