sábado, 22 de abril de 2017

Niñeces

Que se vengan los chicos
de todas partes,
que estén los de la Luna
y los de Marte
 
 
Es muy común escuchar "con los pibes no". ¿Cuántos vecinos nuestros lo han dicho o pensado? ¿Cuántos personajes populares de las novelas costumbristas de la TV lo han expresado? ¿O políticos? ¿O maestros? ¿O militantes sociales? Con los pibes no. Pero, ¿qué pibes? 

La kuna

El gobierno anterior había sacado el Plan Qunita: Programa de acompañamiento de la madre y el recién nacido. Lo presento la ex presidenta en Tecnópolis. Era para todos los niños nacidos en maternidades públicas a nivel nacional. Y fue un blanco de odio y ataque del nuevo gobierno y de los medios concentrados. Un juez federal salió a decir que "quemaran" la cuna, como gesto de destrucción total de un gobierno que muchos quisieran ni siquiera hubiera existido. Pero existió. Y tiene hoy vida y personas y colectivos que salieron a protestar e impedir una pira demonizadora que incendiara la cuna de cartón. ¿Con los pibes no? ¿O será que con los pibes que durmieron sus primeras noches en la cuna del programa nacional SÍ? Que era peligrosa, dijeron los grandes medios. Lo mismo que dicen de los chicos jóvenes que usan gorrita, arito, zapatillas deportivas llamativas y son negros. ¿No?Con esos pibes hace mucho que SÍ. ¿Serán peligrosos también los chicos que estaban comiendo en "Cartoneritos", el merendero de Lanús que baleó  y gaseó la policía hace unas semanas? ¿Algunos de esos chicos habrán dormido en una Qunita? ¿Serían tan peligrosos como la cuna que el señor juez quería incendiar? Con esos pibes también fue SI. ¿Entonces? ¿Con qué pibes no? ¿Con los que tienen papás con plata, salen borrachos y drogados a manejar sus autos y en medio de la noche arrollan a una señora que muere porque además es abandonada? Esos pibes que después, con Peter Robledo, llegan a las direcciones de juventudes del PRO. Ah, no. Esos no se tocan: ellos matan, pero después los premiamos con un puesto de gobierno. Esos no son pobres, ni duermen en qunitas, ni van a merendero (¡ni pasan cerca de merenderos!).  

Moisés

La gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, pasó por dos fases. Primero supo ser Heidi. Las mujeres peronistas vienen de otras tradiciones, son putas o yeguas: Mariú es otra cosa. O era. Porque desde que "enfrentó" a la "mafia" de los maestros ("maestros", según las voces del odio de los medios monopólicos) se volvió una fiera. No digo "leona", para que no la confundan con el entrañable y luchador personaje de la compañera Nancy Dupláa. ¡Dios nos libre de tal confusión! Mariú, la fiera. Que fue al cumpleaños de uno de sus compañeros de gestión vestida en cuero negro. ¿Alguno sabe cómo fueron vestidos los hombres a esa fiesta? ¡Qué cosa! Ahora que se alejó de ese papel maternal que los medios le crearon, hay que buscar un camino de regreso. ¿Dónde está la María Eugenia que, ante una provincia que se inunda y se divide en más y más conflictos, decidió "quedarse con sus hijos" en Playa del Carmen? ¿Dónde está la madraza que Clarín nos supo conseguir? Mamá corazón sacó las garras. Y rugió: que digan si son kirchneristas. Como esas madres que te quieren hacer confesar "la travesura". Pero debe estar buscando el camino de vuelta, y nunca mejor dicho: "Al fin en casa". Así se llama el nuevo plan de gobierno. ¿En qué consiste? Un kit para el recién nacido. ¿Ah, pero cómo? ¿Entonces qué pasó con Qunita? Se ve que como también salió un programa parecido en New Jersey, acá quedaron todos en off side. Entonces la provincia implementa en 3 municipios un nuevo plan que no tiene cuna, OJO. Tiene un Moisés, en tiempos evangelizadores de la política y la televisión brasilera. Pero no termina acá, no. No solamente ya no está a nivel nacional y parece empezar de cero un plan que ya existía, no; además, es sólo para bebés prematuros. SÓLO para bebés prematuros. Este gobierno solamente sabe excluir al incluir. O incluir la exclusión. La mamá María Eugenia es mamá de pocos, como todo en este gobierno. Reformulamos entonces: con algunos pibes no, con otros sí. 

Los únicos privilegiados

No sé si huela a azufre, pero huele a odio de clase. La quna bombardeada como los peronistas de la plaza del 55. La quna que arde como ardía Cristina en la hoguera de la tapa de la revista Noticias. La quna peligrosa, como el mito de la clase alta que decía que las mucamas peronistas, esas cabecitas negras, se comían a los chicos que cuidaban. La quna como un símbolo del peronismo (de algún peronismo) que entonces debe tener el mismo destino que aquél. La relación del peronismo con la infancia tiene historia, tiene imágenes, tiene política y ministerios, tiene direcciones y programas. Tiene lugares. ¿Qué lugar tiene el niño en la política de Cambiemos? O mejor, replanteo: qué niño tiene lugar en la política de Cambiemos. Te respondo una parte: el pibes del Ombú no tienen ninguno. Pero no pueden quemarlos (o tirarlos al río como en la novela religiosa). Entonces se hace una especie de desangramiento lento: vacían las instituciones y programas que los cobijan y tapan el vaciamiento en los grandes medios hablándote de la "pesada herencia". La pesada herencia del niño que no es Antonia pero igual puede ir al colegio, tener acceso a una pileta en el patio de su casa, comprarse un celular con Android, darse muchas más vacunas que hace 15 años, ir a un parque estatal de ciencia y exigir algo más que un plato de comida. La quna que quisieron quemar es más que un moisés de cartón. Es una imagen y símbolo, es una relación directa con un movimiento popular, es un camino de lucha en una sociedad tan desigual como la latinoamericana. Ahora la maquillan, la achican, se sacan la foto en alguna casilla de algún barrio del conurbano. Y le piden a sus amigos de Perfil y La Nación y Clarín que lo ensalcen. En este espacio (el merendero y sus redes virtuales y actuales) entonces venimos a desmaquillar la no-realidad. Pero jamás desde el odio -porque somos de los que sacan la fuerza de la ternura-: desde la movilización, la denuncia, la lucha colectiva y sobre todo la defensa de una niñez inclusiva (de todas las "niñeces"). Con los pibes no: no los golpeen, no los repriman, no los criminalicen, no los vacíen de expectativas y derechos, no les nieguen ir a la escuela, no les nieguen la equidad, no les bajen la edad de imputabilidad. Con los pibes sí: sí a que canten en una ronda, a que voten en las elecciones, a que tengan centro de estudiantes, a que tengan una quna de amor y cuidado, a que puedan armar equipos de fútbol, a que vayan a una escuela en condiciones, a que tengan universidades cerca de casa, a que sean científicos o psicólogos o médicos. A que sean todos privilegiados.