La esfera política partidaria ya no puede
eludir en sus debates y plataformas las actuales legislaciones referidas al
abortos, que según las normativas vigentes deben ser practicados en todos los
centros de salud (ya sean estos públicos o privados) de manera gratuita, si
corre riesgo la salud o la vida de la mujer embarazada que lo solicita, o si el
embarazo es producto de una violación.
En este clima y dado los últimos hechos que
salieron a la luz esta semana debido a un ejemplo (entre tantos otros)
visibilizado por los medios de comunicación me parece importante traer a debate
estos hechos a nuestro espacio. Nos encontramos en un punto donde los debates y
discusiones que refieren a la violencia de género forman parte de nuestro grupo,
teniendo en cuenta la realidad del barrio y la posibilidad de realizar un
taller que abra las puertas a tratar y discutir dichas problemáticas.
En cuanto a los debates instaurados se habla
de despenalización o legalización del mismo.
Despenalización significa quitarle la pena a
lo que actualmente está penalizado y contemplado como delito en el Código
Penal. Más allá de los casos ya nombrados cualquier aborto realizado fuera de
este marco lo castiga. Su despenalización igualmente no determinaría su acceso
gratuito y seguro.
Legalización significa diseñar políticas públicas de manera que se realicen en espacios públicos, de manera gratuita y segura.
Legalización significa diseñar políticas públicas de manera que se realicen en espacios públicos, de manera gratuita y segura.
No me cabe la menor duda que las mujeres
tienen el derecho individual a decidir de acuerdo con sus valores y/o creencias
sobre la totalidad de sus cuerpos y sus vidas como parte de sus derechos, pero nos
encontramos con el debate de lo que consideramos la totalidad de sus cuerpos.
Si bien en mi caso particular no estoy de
acuerdo con que una mujer realice un aborto tras quedar embaraza mediante una
relación consentida sin el aval de quien fuese el padre del niño/a existen
diferentes situaciones que me hacen pensar y repensar las prácticas abortivas
defendidas y promulgadas por distintos colectivos, organizaciones y
asociaciones feministas que reclaman por el aborto legal y seguro. Existen
algunos puntos (muchos) en los cuales prefiero ponerme a su lado y con orgullo.
Particularmente rechazo el argumento más
comúnmente utilizado para defender dichas prácticas, “con mi cuerpo hago lo que
quiero” en post de “la autonomía y la libertad de las mujeres a decidir sobre
sus cuerpos”. No desconozco y entiendo
las ideas detrás de los argumentos válidos pero también me gusta debatirlas y
pensarlas. No desconozco tampoco que sin el cuerpo de la mujer (para no decir
madre) el niño (para no decir hijo) no vivirá (no uso la palabra vive). De este
modo no puedo evitar pensar ¿eso lo hace un solo cuerpo?
De la misma manera también soy consciente que desconozco
cuales podrían ser los pasos a seguir en caso de que el hombre quisiese hacerse
cargo del niño por nacer y la madre no pretenda continuar con el embarazo.
Desconozco porque allí entra en juego las dificultades psicológicas por las
cuales debe pasar la mujer de soportar un embarazo no deseado.
Uno de los puntos más importantes pero más
complicados que me gustaría tener en cuenta es la capacidad de una mujer de ser
consciente de su propia capacidad reproductiva y lo que esta conlleva. Una
capacidad directamente relacionada con su educación en general y sexual en
particular. Una capacidad directamente relacionada con la conciencia que ellas
tienen sobre sus cuerpos y a la violencia a la que las mismas son sometidas. ¿Cómo
se pueden legislar esas diferencias en cuanto al aborto?
Si no se pueden legislar las diferencias
¿prohibimos o legalizamos en su totalidad y sin discriminación alguna? Estando
en total y absoluto desacuerdo con la legalización, creo que si no podemos diferenciar
pues debemos legalizar. Considero que las
mujeres más afectadas son aquellas de bajos recursos (con menos educación y que
son sometidas a mayor violencia) ya que para los abortos
los realizan en talleres clandestinos de poca seguridad.
La realidad cotidiana de las mujeres en el
barrio entra dentro de estos parámetros, muchas de ellas afectadas por
violencia de género y las adolescentes sin educación sexual alguna desde la
esfera pública o privada de la casa.
A mi entender quién es una joven adolecente no
llega a ser totalmente consiente de sus actos ya que aún la educación está siendo
forjada. ¿Dónde ponemos este límite? Nuevamente ¿Cómo se pueden legislar esas
diferencias? ¿Los padres deben ser informados de la situación o simplemente el
aparato legal debe funcionar sin ellos? Todas cuestiones que creo deben ser
debatidas.
¿Cómo actuaríamos en caso de que algunas de
las adolescentes del barrio quedasen embarazadas fruto de una relación
consentida? Más allá de nuestro pensamiento particular ¿Cómo actuaríamos de
manera colectiva? Niñas y adolescentes que viven el día a día sin la educación
sexual necesaria para ser capases de cuidarse de la mejor manera. Enseñanza que
sin duda alguna creo que le corresponde al estado proporcionarla pero de la
cual carecen infinitamente. ¿Cuáles pueden ser nuestras actividades para suplir
dicha falencia? ¿Tenemos las herramientas necesarias para afrontar dichas
actividades? ¿Contrariamos dentro del barrio con el apoyo necesario para
realizarlas?
Acercado un poco mi pensamiento, quiero describir
y escribir un caso particular.
En caso de violación no tengo dudas que más
allá de las semanas de gestación el aborto o parto prematuro debe ser llevado a
cabo.
No desconozco los argumentos en donde la vida
de la víctima corre peligro ¿será verdadero esto o maniobra mediática y legal?
¿Pero ya no lo hace acaso su vida de tan solo tener que llevar consigo el
producto de la violación?
QUIERO OPONERME DE MANERA CATEGORICA el rechazo
del hospital Moreno (abalado por el Ministerio de Salud bonaerense) a
realizarle un aborto no punible a la de hija de Susana Leguizamón de tan solo
13 años, violada por su padrastro.
Rechazada por no ser considerado aborto
teniendo en cuenta las semanas de gestación esta niña debía continuar con su
embarazo. La ley es clara, no es punible el aborto producto de violación. Pero
no tenemos en cuenta que el tiempo necesario para poder llevar a cabo la
aceptación de lo sucedido, la denuncia y luego la solicitud de aborto puede
llevar más tiempo que lo que la ley determina.
En el día de la fecha y gracias a las
gestiones de organizaciones y asociaciones feministas que reclaman por el
aborto legal y seguro la niña pudo realizarse la interrupcion de su embarazo. Recuerdo indiscutido de lo que otro ser humano, uno
despreciable en todo su sentido, le hizo a tan temprana edad.
A
partir de este hecho se le abre una puerta más, una posibilidad de poder
convivir con los hechos y sus recuerdos. Porque la vida de esta niña, su futura
actividad sexual y confianza hacia otros hombres muy posiblemente se verá
marcada por un hecho que no eligió ni
jamás elegiría. Celebro porque no debe continuar con un embarazo que no eligió
ni jamás elegiría fruto de una relación que, nuevamente, no eligió ni jamás
elegiría.
Celebro que como nosotros existan otros tantos
militantes. Celebro que existan algunos capases de luchar por estos temas,
capases de ponerlos en la agenda pública, aunque sea por tan solo unos días.
Puedo no estar de acuerdo en cada uno de sus puntos, pero sin duda alguna creo
que le hacen bien a una sociedad que aun veo lejos de ser capaz de debatir
tales temas.
Y pienso que nosotros desde el merendero
seremos capases de poder debatir y llevar a colación un tema que agrupa
cuestiones de género y sexualidad! Tantos con los chicos y con las chicas como
con los adultos que conforman no solo nuestro espacio sino también el barrio en
el que estamos incluidos. En este punto recordando el futuro taller de género
que se quiere gestionar…
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